jueves, 3 de octubre de 2013
Marranadas, de Marie Darrieussecq.
(...) Conozco tu problema. ¡Qué paz no tener que explicarnos nuestras taras!. Conozco tus problemas. Never complain, never explain. Perdón, perdón, si en vez de besarte la mano, te huelo el culo. Es un gesto que forma parte de mi innata elegancia. ¡Qué vida la tuya!, de las cloacas al palacio presidencial. El círculo perfecto. (...) La luz de la luna llena me transforma en "total lobo", y me abre un apetito... (...) Yo, el único hombre de negocios licántropo, director de la firma de lujo "Lobo Stas", fui a la vez testigo y protagonista de una muy particular historia de amor con un ser que vivía entre dos especies, my little piggy. My darling!, si acaso una noche de plenilunio mi diente, mi diente famélico, reclama tus carnes, verás, verás en mis ojos la lucha del amor contra el hambre. ¡Que te coma cruda, una hermosa muerte!, ¿lo deseas verdaderamente, my little piggy? Por mi parte preferiría que el delivery de pizza llegara a tiempo, y que cada quien comiera lo suyo; tu la pizza, yo el repartidor. Estos inmigrantes indocumentados, condenados al delivery y adobados con Coca Cola, son una bendición. Por fortuna no soy snob, adoro comer fast food sin discriminación. Prefiero enviar a estos pobres diablos al paraíso, antes que a sus países de orígen. Parecerá esto una solución bestial, pero a fin de cuentas, es seguramente, más humana.
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