jueves, 5 de septiembre de 2013

La Dama Duende, de Pedro Calderón de la Barca. (Teatro Español)


Ayer fue el estreno de "La Dama Duende" en el Teatro Español, de Madrid, y marca en arranque de la temporada teatral. Entre los asistentes al estreno pude ver a Paco Delgado, Ángeles Martín y Silvia Marsó.

Después de esta oficialidad, he tenido que esperar a escribir esto después de dormir, ya que llegué con un dolor de cabeza de traca. Aviso a los teatreros... Id con los ánimos bien altos porque son 2 horas y 20 minutos de representación, sin intermedio. Yo no soy muy amigo de intermedios, porque me cortan el rollo mucho, pero ayer, hubiese agradecido uno a la hora, que es cuando empecé a ver iluminarse pantallitas por el teatro en plan "cuánto le queda a esto".

La Dama Duende se hace larga. Muy larga. Extremadamente larga. Y eso que según Pedro Víllora, responsable de la versión, está reducida. Ni siquiera los tres momentos realmente cómicos de la obra, que puedo recordar, te quitan la sensación de "por Dios que se acabe ya".


Paso a la parte artística. A Chema León siempre le he visto en papeles clásicos, y no se puede negar que se mueve como pez en el agua en ellos. En contra pongo a Diana Palazón (Doña Ángela). A ver, que la chica le pone ganas y lleva ya mucho tiempo en esto y tal, pero me la sacas de la TV, y es que no la veo yo. Convierte cualquier personaje en una cosa plana y confusa, que opino es por una dicción bastante pésima, y una proyección de la voz nula. Mi madre lo describió como "gritona", pero gritona en plan la voz no me da pa' más. Haberla puesto de protagonista me parece MUY arriesgado; en cambio Eva Marciel (Doña Beatriz), que tiene un papel muy reducido y sin apenas matices, hubiese dado ese punto de ingenuidad y sumisión y ansias de libertad que Diana lo logra transmitir.


Mención a parte merecen los criados, Iván Hermes (Cosme) y Mona Martínez (Isabel) que son los que se roban la obra en todas sus intervenciones. Estás deseando que desaparezcan los pesados de Don Manuel y Doña Ángela, y que salgan ellos a dar marchita al asunto. El papel de Marcial Álvarez (Don Luis) es poco agradecido y demasiado borderline, obsesionado con Doña Beatriz, pero sin saber muy bien por qué, y que al terminar la obra te planteas que realmente el pobre solo quería meterla en caliente, con quien fuese. Del resto del elenco, poco que añadir, ya que una línea de texto, me da para muy poco...

Escenografía correcta, con el juego de las puertas, y vestuario muy sobresaliente (pensaba que Paco Delgado estaba allí por el diseño del mismo, pero no, está a cargo de Almudena Rodríguez. Bravo por ella!)

Como valoración general, le daré un 6/10, por el trabajo de Hermes, Martínez y Álvarez. La duración extrema, la poca fluidez del texto y unos protagonistas totalmente carentes de interés me impiden dar más.

Hasta el 15 de septiembre tenéis tiempo de ir a verla si sois muy muy muy fan del teatro clásico y tenéis un hueco de 2h20min en vuestra agenda.


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